El crimen fortalece el crimen 

La juez Ivana David lleva 30 años trabajando en el sistema penitenciario brasileño, lo que le permitió asistir en primera fila a la aparición del PCC. Esta es la historia de la creación y el ascenso de las bandas más conocidas del país, a través de la lente de la juez David.

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Steven: [00:00:00] En la tarde del 14 de marzo de 2003, un juez brasileño llamado Antônio José Machado Dias salía de un juzgado de una ciudad llamada Presidente Prudente, en el suroriental estado de São Paulo. Antônio Machado, o Machadinho, como a la gente le gustaba llamarle, era uno de los jueces responsables del vasto sistema penitenciario del estado de São Paulo.

Dado que São Paulo tenía cerca de un tercio de toda la población carcelaria de Brasil en aquella época, el trabajo de Antônio era difícil. Su trabajo incluía, entre otras cosas, investigar los abusos en las prisiones y autorizar los traslados entre prisiones ordinarias y prisiones de máxima seguridad, donde se encontraban algunos de los criminales más peligrosos de Brasil. 

Por su trabajo, Antônio había recibido amenazas y contaba ocasionalmente con un esquema de seguridad, pero no lo utilizaba con frecuencia, sobre todo cuando tenía que viajar desde la sede del sistema judicial del estado, la ciudad de São Paulo, que lleva el mismo nombre que el estado, a lugares lejanos como Presidente Prudente, a unos cientos de kilómetros. Además, en Brasil no había antecedentes de ataques a jueces. Así que,, mientras se subía a su Vectra negro, tenía pocos motivos para preocuparse.

Pero aquel día, poco después de que comenzó a conducir, fue interceptado por un Fiat Uno blanco que se desvió hacia su carril. En su intento por evitar la colisión, giró sobre un andén y chocó contra un árbol. Mientras Antônio luchaba por salir de su vehículo destrozado, un pasajero del Fiat, que se había detenido, se acercó al Vectra con una pistola 9 milímetros y disparó al juez tres veces, una vez en el pecho y otra en la cabeza, matándolo de inmediato. 

Mientras tanto, en la ciudad de São Paulo, otra jueza, Ivana David, estaba en su despacho. La jueza David tenía básicamente el mismo trabajo que el juez Machado, así que si alguien iba tras él, no era descabellado pensar que ella también podría ser un objetivo. Años después, Ivana me contó que recordaba el momento en que se enteró de la muerte de su colega. Fue casi como si fuera ayer, dijo. 

Jueza Ivana: [00:02:21] Eu lembro que, eu lembro direitinho… 

Steven: [00:02:24] Eran alrededor de las seis o siete de la tarde y entró una llamada. 

“¿Estás sentada?” 

“Sí”, dijo, “estoy sentada en mi escritorio”. 

“Ha ocurrido algo terrible. El juez Machado acaba de ser asesinado”.

Jueza Ivana: [00:02:40] O juiz Antônio Carlos Machado foi assassinado 

Steven: [00:02:41] “¿Qué?”, dijo Ivana. La persona que estaba al otro lado del teléfono le contó los espantosos detalles: el accidente, el cuerpo desplomado sobre el volante, el golpe de gracia. Se quedó atónita.

Jueza Ivana: [00:02:54] Eu confesso que eu fiquei transtornada, a gente nunca tinha vivido isso.

Steven: [00:02:57] Después se calmó, pero sabía que algo había cambiado para mal. Algo era diferente. Como me dijo, nunca había sentido el poder de un acto criminal de forma tan personal y profunda.  

Jueza Ivana: [00:03:12]; Foi a primeira vez que a gente sentiu essa força tão grande.
Steven: [00:03:19]: Bienvenidos al pódcast de InSight Crime donde investigamos desde el terreno para ayudarles a entender cómo funciona el crimen organizado en las Américas. Soy su anfitrión Steven Dudley, codirector de InSight Crime. 

En este episodio, hablamos con Ivana David, una jueza brasileña que ha visto, en primera fila,  la creación y la evolución de la mayor organización criminal de la región, o Primeiro Comando da Capital, o PCC, como se le conoce por sus siglas en portugués. La jueza se ha pasado la vida tratando de combatir a las fuerzas responsables del increíble ascenso al poder del grupo y tiene algunas conclusiones inesperadas de ese viaje.

Hablé con Ivana en 2019, pero pensé en ella después de una reciente serie de motines en las cárceles de Ecuador. Los disturbios se produjeron después de que el nuevo gobierno anunciara una ofensiva contra las organizaciones criminales del país y el traslado de los principales líderes criminales a instalaciones de máxima seguridad. El gobierno afirmó que aplastaría a las pandillas por la fuerza, tanto dentro como fuera de las prisiones. Y las pandillas respondieron.
 
Noticiero 1:  [00:04:35] Mientras tanto, en el último brote de violencia en la prisión de Ecuador.

Noticiero 2: [00:04:40] El motín carcelario más mortífero en Ecuador deja más de 100 muertos y 80 heridos.
 
Noticiero 3: [00:04:41] Reclusos de bandas rivales usan machetes y granadas. Casi 120 personas muertas. 

Noticiero 4: [00:04:45] Es el último de una serie de motines letales dentro de las cárceles de Ecuador.

Noticiero 5: [00:04:50] … ha declarado el estado de emergencia para hacer frente a una ola de disturbios y represiones.

Noticiero 6: [00:04:54] Podrías ser perdonado por preguntarte qué ha pasado con Ecuador.

Steven: [00:04:57]: Tomaron el control de módulos de las prisiones en varias partes del país y tomaron como rehenes a numerosos guardias, además de quemar automóviles en las calles y se tomaron un canal de televisión mientras emitía en directo.

Noticiero 7: [00:05:12] Este es el escalofriante momento en el que hombres armados irrumpen en el estudio de un canal público de televisión en Ecuador, disparando armas y agitando posibles explosivos …

Steven: [00:05:19] Los grupos criminales mejor organizados de Ecuador empezaron en las cárceles. Desde entonces se han convertido en la base de operaciones desde donde pueden coordinar actividades delictivas; pagar sobornos a policías, políticos, jueces y fiscales, y lanzar sofisticados asaltos a sus rivales y al Estado. 

Este tipo de operaciones se han vuelto demasiado familiares en las Américas, desde Estados Unidos hasta Colombia, Bolivia, Venezuela, Guatemala, Honduras y El Salvador. En InSight Crime, hemos rastreado la dinámica criminal en todos estos lugares, y hemos descubierto que todos tienen algo en común: algunos de los líderes criminales más importantes están en la cárcel y, a menudo, los grupos criminales más poderosos dirigen sus operaciones desde sus celdas.     

En ningún lugar es esto más cierto que en Brasil, y quizá nadie lo sabía mejor que la jueza Ivana David.  

Ivana me contó que notó que algo diferente estaba ocurriendo en las cárceles por primera vez alrededor del año 2000. En aquella época, trabajaba como jueza de asuntos internos. 

Jueza Ivana: [00:06:30] Se o preso revelasse qualquer tipo de lesão, eu, como juíza, tinha que chamar esse preso para saber o que aconteceu …

Steven: [00:06:36] Cuando un preso era golpeado o torturado y presentaba una denuncia formal, Ivana iba a las cárceles y obtenía el testimonio directamente de esa persona. 

Jueza Ivana: [00:06:43] E eu era a única mulher.

Steven: [00:06:46] Era la única mujer juez en aquel momento, y tenía cerca de 30 años.  

Jueza Ivana: [00:06:49] Imagina eu com 30 anos ou menos. Uma menina.

Steven: [00:06:52] Pero ella dijo que no tenía ningún problema. La clave, decía, era tratar a los presos con respeto y no ocultar nunca cuál era su función: administrar justicia.

Jueza Ivana: [00:07:02] Nunca, nunca tive problema com preso, um preso nunca me desrespeitou.

Steven: [00:07:08] Mientras hablaba con los reclusos, se dio cuenta de que algo estaba ocurriendo: un grupo estaba secuestrando a nuevos presos y pidiéndoles rescate, dentro de las prisiones. Ese grupo –se enteró después– era el PCC.

Jueza Ivana: [00:07:21] O Primeiro Comando da Capital.

Steven: [00:07:27] Las bandas carcelarias en Brasil tienen una historia peculiar. Durante la última dictadura militar de Brasil, entre 1964 y 1985, las cárceles estaban llenas de presos políticos mezclados con delincuentes. Ivana me contó que ambos se juntaron y pronto los delincuentes desarrollaron una ideología centrada en los derechos de los presos y en la mejora de las condiciones carcelarias. 

Jueza Ivana: [00:07:51] São dois mundos que se encontram.

Steven: [00:07:53] De ahí surgieron las bandas carcelarias. La primera de ellas fue el Comando Vermelho, que surgió en las cárceles de Río de Janeiro en los años setenta. 

Jueza Ivana: [00:08:05] Que também nasce de um envolvimento de presos comuns com presos políticos na Ilha Grande.

Steven: [00:08:11] Diez años más tarde surgió el PCC, cuyo nacimiento se remonta a un motín carcelario en 1992, en lo que entonces era el sistema penitenciario más grande del país, en el estado de São Paulo. 

Noticiero 8: [00:08:22] Los reclusos hicieron hogueras y quemaron ropa y colchones. Toda la zona estaba rodeada. Cuando la policía decidió actuar, el resultado fue trágico. 

Steven: [00:08:32] En la brutal represión que siguió, murieron al menos 111 reclusos.  

Noticiero 9: [00:08:37] La mayor masacre de presos del mundo.

Steven: [00:08:42] De ahí surgió un grupo: el Comando da Capital (Comando de la Capital). Se organizó en torno a la lucha contra lo que llamaba los “opresores”. Esto significaba el gobierno, por supuesto, pero también la sociedad en general, que sentían que los había excluido. La ideología caló hondo, no solo dentro de las cárceles, sino en otras zonas de Brasil, un país que es uno de los más desiguales del planeta y un lugar donde la represión y los asesinatos policiales son comunes. 

Elaboraron una constitución y un conjunto de normas. Entre ellas, la prohibición de las violaciones y agresiones sexuales en las cárceles. Pero no se trataba solo de protegerse unos a otros. También te envolvían como lo haría una familia. Los nuevos iniciados eran “bautizados”. Se llamaban “hermanos” unos a otros y, como los parientes de sangre, exigían un compromiso de por vida.

También eran violentos. Desde el principio, mataban a cualquiera que se les opusiera. En 1993, organizaron un partido de fútbol con una pandilla rival. Pero en lugar de jugar, tendieron una emboscada al equipo contrario y cortaron las cabezas de sus líderes antes de dejarlas en la cancha. Poco después, cambiaron su nombre por el de Primeiro Comando da Capital. 

El PCC se expandió rápidamente y para cuando Ivana empezó a oír hablar de ellos –aunque el gobierno aún no los reconocía oficialmente– ya estaban cometiendo horrendos actos de violencia contra cualquier posible rival.   

Jueza Ivana: [00:10:14] Então a gente começa a ver as mortes …

Steven: [00:10:18] Dijo que en una prisión, vio una cabeza cortada sin los ojos, posada en un asta de bandera.  

Jueza Ivana: [00:10:23] A hora que eu entrei eu vi no mastro uma cabeça colocada no lugar da bandeira.

Steven: [00:10:29] El PCC también le cortaba la lengua a los presuntos soplones, dijo, e incluso les extraía el corazón a sus enemigos. Como me dijo Ivana, si no tenías corazón, no podías ser miembro. Era un símbolo de su control y una táctica de terror muy eficaz.

Jueza Ivana: [00:10:45] Uma das marcas dessa facção é, por exemplo, tirar o coração.

Steven: [00:10:49] La táctica del terror funcionó y, en poco tiempo, el PCC se hizo con el control de casi todo el sistema penitenciario del estado de São Paulo. Un ejemplo de esto ocurrió en febrero de 2001 el PCC lanzó lo que llamó la «Megarebelión», tomando 29 prisiones a la vez. 

Noticiero 10: [00:11:07] Todo comenzó al final del horario de visitas. La rebelión terminó nueve horas después. El movimiento seguía las órdenes del Primer Comando Capital.

Steven: [00:11:16] La megarebelión fue una señal de que el PCC pasaba a la segunda fase: la de la confrontación directa con el gobierno. Las autoridades habían empezado por fin a hablar abiertamente del grupo criminal y a atacar sus actividades criminales más lucrativas, a saber, los atracos a bancos. En el proceso, habían detenido a quien más tarde se convertiría en su líder, Marcos Willians Herbas Camacho, alias “Marcola”, un infame atracador de bancos.  
Fue Marcola, dijo Ivana, quien organizó el atentado contra su amigo y colega, el juez Antônio José Machado Dias, cuando viajaba de Presidente Prudente a São Paulo el 14 de marzo de 2003.

Jueza Ivana: [00:11:59]  A motivação não tem nada a ver com a facção. A motivação tem a ver com a execução da pena do irmão do Marcola.

Steven: [00:12:06]  Ivana dijo que el ataque fue personal –Marcola tenía como objetivo a Antônio porque se estaba asegurando de que el hermano de Marcola, que estaba en otra prisión, tuviera que cumplir su sentencia– pero el impacto fue institucional.

Jueza Ivana: [00:12:18] Eu sempre recebia ameaças no fórum, que iam me metralhar, que iam me matar …
Steven: [00:12:24]Recibía amenazas constantes de que iban a matarme”, dijo. “Que sabían dónde vivía, que tenían información sobre mi hija”. 

Jueza Ivana: [00:12:32] O momento não era um momento muito fácil. Era a primeira vez historicamente que se matava um juiz no estado de São Paulo.

Steven: [00:12:39] Era un momento muy difícil porque nunca habían matado a un juez en el estado de São Paulo, que es el estado más poblado de Brasil. Pero todo estaba a punto de empeorar. 

Mientras Ivana y otras autoridades redoblaron sus esfuerzos para controlar al PCC dentro de las prisiones con traslados y aislando a determinados presos, la organización criminal redoblaba sus esfuerzos para presionar al gobierno en el exterior. Ivana dijo que empezó a recibir un aluvión constante de amenazas. 

Jueza Ivana: [00:13:12] De tudo quanto é jeito, ligavam do fórum, ligavam em casa. Era um inferno.

Steven: [00:13:15] Llamaban a su trabajo, a su casa. “Era un infierno”, dijo. “No teníamos teléfonos celulares, teníamos bípers, pero, aun así, enviaban amenazas”, dijo. Incluso dejaban caer notas por debajo de la puerta. 

El gobierno, sin embargo, siguió presionando. Aisló a más líderes criminales y anunció el traslado de unos 750 miembros del PCC a distintas prisiones. El PCC respondió, orquestando una serie de motines dentro de las prisiones y ataques por toda la ciudad de São Paulo comenzando el Día de la Madre de 2006.

Noticiero 11: [00:13:48] Las interceptaciones telefónicas revelaron que la organización criminal planeaba llevar a cabo motines en varias prisiones durante el Día de la Madre.

Steven: [00:13:59] En las semanas siguientes, 59 miembros de las fuerzas del orden fueron asesinados.

Noticiero 12: [00:14:03] Se cree que la pandilla detrás de los asesinatos de policías es el infame Primer Comando Capital de Brasil.

Steven: [00:14:09] La respuesta del gobierno fue aún más brutal: al menos 505 civiles fueron asesinados. Una investigación posterior llevada a cabo por una destacada universidad estatal señaló que, de estas muertes de civiles, 118 se produjeron en los denominados “enfrentamientos” con la policía, mientras que otros 88 fueron asesinados por vigilantes enmascarados y desenmascarados. Era como si, incluso en medio de un levantamiento liderado por el PCC, el gobierno estuviera reforzando el argumento del PCC de que eran “opresores” del pueblo.  

Noticiero 13: [00:14:41] São Paulo es conocida desde hace tiempo como una ciudad violenta. Pero el temor es que esta reciente oleada de asesinatos podría ser el comienzo de una guerra civil no declarada entre el crimen organizado y la policía.

Steven: [00:14:54] Ivana aprendió una lección diferente de los acontecimientos. Para ella, esto era una prueba de que el PCC no se limitaría a operar tras los muros de las prisiones.

Jueza Ivana: [00:15:04] Não está limitada aos muros do presídio …

Steven: [00:15:07] Pronto, su dominio sería todo el país.

En la época de la expansión inicial del PCC, las prisiones de las Américas vivían una transformación masiva. Siguiendo el ejemplo de Estados Unidos, que había logrado reducir la violencia y la criminalidad, en parte por encarcelar a cientos de personas, llegando a algunas de las tasas de encarcelamiento más altas del mundo, los países de toda la región comenzaron a encarcelar a presuntos delincuentes y condenados a tasas sin precedentes. Entre los años 2000 y 2010, las tasas de encarcelamiento se duplicaron en El Salvador y Venezuela. En Colombia, subieron un 60%. En Ecuador, un 50%. Y en Brasil, durante el mismo período, la tasa de encarcelamiento subió un 100 %. 

Pero mientras sumaban reclusos, estos gobiernos no contrataban más personal, mejoraban la infraestructura o tomaban medidas para hacer frente a los nuevos reclusos al mismo ritmo. Las pandillas carcelarias explotaron, al igual que la violencia dentro de las cárceles. En El Salvador, por ejemplo, las pandillas MS13 y Barrio 18 libraron numerosas batallas sangrientas por el control de las prisiones en las que estaban recluidas. En respuesta, el gobierno dividió a las pandillas y las trasladó a prisiones propias y separadas. Con su seguridad y descanso asegurados, las pandillas se hicieron más fuertes. 

En Brasil, las autoridades intentaron la estrategia contraria. Enviaron al PCC a otros estados o los mantuvieron mezclados con la población general, pensando que así podrían diluir su poder. Este plan también resultó contraproducente. El PCC se extendió a un ritmo alarmante. Unos años después del levantamiento del Día de la Madre de 2006, Ivana empezó a viajar a diferentes partes del país donde, para su sorpresa, descubrió que los tentáculos de la banda llegaban a cientos de kilómetros de su lugar de origen. 

Jueza Ivana: [00:17:07] Eu fui pra Bahia por exemplo, eu fiquei um mês na Bahia …


Steven: [00:17:10] Una de sus primeras paradas fue el estado costero de Bahía, en el noreste del país. Allí habló con numerosos miembros del PCC en las prisiones. 

Jueza Ivana: [00:17:20] Lá já tinha facção. E como …

Steven: [00:17:20] Uno de ellos, dijo, había sido liberado o escapado, y luego recapturado en Bahía. Y como un misionero, el miembro del PCC había evangelizado a sus compañeros de prisión con el evangelio del PCC: no a la opresión del Estado; sí a la protección de su nueva familia. Muchos de ellos, dijo, se habían hecho miembros del PCC.

Jueza Ivana: [00:17:42] Eu fui para a Bahia, eu fui para o Rio de Janeiro e já tinha.

Steven: [00:17:45] Cuando visitó otros lugares, encontró lo mismo. Desde Río de Janeiro, en el sur, hasta el Amazonas, en el norte, el PCC se extendía por todo el país. 

El PCC se ganó a los reclusos de formas que iban mucho más allá de su capacidad para infligir horripilantes actos de violencia a sus rivales. 

Jueza Ivana: [00:18:08] E nessas audiências, quando os presos vinham conversar comigo, eles começavam a contar …

Steven: [00:18:13] Los presos le contaron cómo tenían que pagar un impuesto dentro de la prisión, y cómo eso se traducía en una especie de red de apoyo fuera. Si la esposa de un miembro del PCC estaba embarazada, por ejemplo, el PCC le daba dinero para un taxi que la llevara al control prenatal. 

Jueza Ivana: [00:18:34] … o representante era quem pagava um táxi.

Steven: [00:18:35] Para los que no hemos estado en prisión, es difícil comprender lo importante que es para los reclusos sentir que su familia en el exterior está bien, y lo importante que es para ellos mantener conexiones con ese mundo desde sus celdas. El PCC lo entendió perfectamente y aprovechó estos sentimientos para su beneficio. 

Jueza Ivana: [00:18:56] Ele garante para o preso que vai cuidar da sua família.

Steven: [00:19:01] No solo pagaban pequeños gastos, sino que facilitaban las visitas y regulaban la seguridad durante las mismas para asegurarse de que nadie fuera agredido o algo peor.

Con el tiempo, la organización creó lo que llamaban “sintonías” o comités. El PCC tiene comités para casi todo. La Sintonia de Ajuda, por ejemplo, era la que ayudaba a las familias con gastos como el taxi para el cuidado prenatal en el hospital. Hay sintonías para las diferentes economías criminales que gestionan y para ayudarles a administrar su membresía, sus finanzas y su disciplina interna. Hay una sintonía que proporciona suministros básicos para los reclusos, cosas como cepillos de dientes y crema dental. Otra que proporciona abogados. Otra que se ocupa de la logística y los gastos de los familiares que quieren visitar a sus seres queridos en lugares lejanos, incluyendo alojamiento, transporte y comida. Como me dijo Ivana, se ocupan tanto de las necesidades emocionales como económicas de los reclusos.

El PCC también tiene una forma peculiar de gestionar sus facciones. Desde el principio, como respuesta a las enormes desigualdades existentes en Brasil entre ricos y pobres y al modo opresivo en que el Estado administraba la justicia, abogó por lo que denominó “igualdade”, o igualdad. En la práctica, esto significa que la organización es más horizontal que jerárquica. 

Cuando alguien infringe una norma, hacen debates, o una forma de proceso judicial en el que un grupo de presos decide el resultado y la pena. El PCC rota a sus dirigentes dentro y fuera de las prisiones con frecuencia y trata de forjar consensos, en lugar de dictar directivas de arriba abajo. Sus facciones gozan de amplia independencia, siempre que no incumplan algunas normas básicas y entreguen siempre parte de lo recaudado a la cúpula.  Sin duda, Marcola sigue siendo el líder del PCC. O, como dice Ivana, el director general. 

Jueza Ivana: [00:21:16] É como se fosse o grande CEO, o representante da empresa …

Steven: [00:21:19] Pero Marcola forma parte de un consejo directivo y como los otros miembros, tiene un solo voto al momento de tomar una decisión importante. Por debajo de esta junta está la estructura criminal, que está organizada en células que no interactúan entre sí. El PCC, en otras palabras, es una especie de red de empresarios criminales parecida a una sociedad secreta, como los masones. Es capaz de emprender estrategias nacionales y apoyarse mutuamente, pero también actúa a escala local con gran independencia unos de otros. Como les gusta decir, o crime fortalece o crime – el crimen fortalece el crimen.

Este aspecto amorfo y compartimentado del PCC, así como el uso que hace de los comités, dificulta enormemente la labor de las fuerzas de seguridad. 

Jueza Ivana: [00:22:10] Por exemplo, uma sintonia dos gravatas necessariamente não conversam com a sintonia financeira.

Steven: [00:22:17] Eso significa que si estoy hablando con una persona de un comité, esa persona no sabe quién está en el otro comité, dijo Ivana. En concreto, citó el ejemplo de un grupo que comete robos a gran escala de cargas y camiones, una de las principales actividades del PCC.

Jueza Ivana: [00:22:34] Hoje, por exemplo, roubo de carga é uma estrutura, como é uma facção criminosa.

Steven: [00:22:40] Quien roba el camión, dijo, no es el mismo grupo que consiguió las armas para robar el camión.

Jueza Ivana: [00:22:46] Quem rouba o caminhão com a carga não é a mesma pessoa que locou a arma.

Steven: [00:22:52]  Ni del mismo grupo que va a vender la mercancía robada.

Jueza Ivana: [00:22:55] … que não é a mesma pessoa que vai vender a carga, que não é a mesma pessoa que vai desmontar o caminhão …

Steven: [00:23:01] Al final, ninguno de los capturados que forma parte de esta estructura puede decirle el principio o el final de la historia.

Jueza Ivana: [00:23:10] … eu prender qualquer uma dessas partículas eu não descubro nem o antes e nem depois.

Steven: [00:23:16] Lo que los investigadores también pasaron por alto fue que el PCC se estaba preparando para dar un paso adelante en el mundo criminal.

En 2017, alias Marcola compareció ante un tribunal para declarar en un caso del PCC. 

Tribunal: [00:23:37] O nome inteiro do senhor.

Marcola: [00:23:38] Marcos Willians Herbas Camacho.

Steve: [00:23:40] A diferencia de otros directores generales, el director general del PCC no concede entrevistas ni aparece en foros públicos, por lo que es raro verlo y oír su voz.

Marcola: [00:23:52] Bom dia, doutor.

Steven: [00:23:57] Aun así, la audiencia fue poco reveladora. Durante el interrogatorio, Marcola negó repetidamente ser dirigente o incluso miembro del PCC. 

Tribunal: [00:24:08] Você faz parte do PCC?

Marcola: [00:24:10] Não

Tribunal: [00:24:10] É integrante do PCC?

Marcola: [00:24:12] Não.

Steven: [00:24:12] Aunque admitió que sabía quiénes eran los líderes del PCC, afirmó que sus conversaciones con ellos se produjeron porque estaban involucrados en una disputa, y que se estaba defendiendo a sí mismo y a su familia.

Marcola: [00:24:25] Tenho três filhos pequenos para criar, eu tenho que ter suavidade com a minha família. E era isso que eu fazia …

Steven: [00:24:33] Irónicamente, en el momento en que testificó, Marcola y el PCC eran más fuertes que nunca. Tenían hasta 30.000 miembros en casi un tercio de los estados brasileños. Controlaban partes gigantescas de los cada vez más lucrativos mercados locales de la droga y del comercio de cigarrillos de contrabando. El gobierno seguía luchando, por supuesto, pero no podía ganar: cuantos más miembros del PCC encarcelaba, más fuerte se hacía el grupo dentro del sistema penitenciario. El PCC también había empezado a hacer movimientos audaces para expandirse fuera de Brasil, sobre todo en el vecino Paraguay, donde se había convertido en un actor importante en los mercados de transporte de cocaína y marihuana.

Noticiero 14: [00:25:16] Lo que vamos a ver va a ser lo siguiente: Vemos esta camioneta, pero ahora lo que va a llamar la atención es lo que tiene adentro. Lo que tiene adentro es una antiaérea, una ametralladora …

Steven: [00:25:27] Un par de años antes, el PCC, utilizando una ametralladora Browning del calibre 50 montada especialmente como una torreta en la parte trasera de un todoterreno, tendió una emboscada al personaje más poderoso del hampa de la ciudad paraguaya de Pedro Juan Caballero, atravesando el parabrisas delantero de su vehículo blindado y dejándolo muerto en el asiento del conductor. 

Noticiero 15: [00:25:50] Es una ametralladora que comenzó a usarse antes de la Segunda Guerra Mundial. Es para derribar aviones — zona de guerra esta ciudad Pedro Juan Caballero …

Steven: [00:26:01] El asesinato fue el comienzo de ojo por ojo —que aún no ha terminado— en lo que es una de las zonas de drogas más importantes para la cocaína procedente de Bolivia. Además, las luchas entre varias pandillas carcelarias, que a su vez se disputan muchas de las mismas economías criminales y corredores de tráfico a lo largo de la frontera, han estallado en Brasil. Muchas de estas bandas llegaron al poder utilizando la misma fórmula básica y muy eficaz que empleaba el PCC: acciones violentas, a veces incluso salvajes, para asegurarse el poder; e incentivos sociales y financieros para mantener ese poder. Pero pocos pueden hacerlo tan bien como el PCC. En las prisiones que domina, la violencia entre reclusos desciende. Y el grupo ha extendido su influencia a la calle, donde, en las zonas que tiene hegemonía, la violencia también desciende precipitadamente. En muchos de estos lugares, como me dijo Ivana, el PCC es la policía de facto. Y nadie quiere tener problemas con la policía.

Jueza Ivana: [00:27:02] Eu tenho um caso que é interessantíssimo: Um indivíduo foi vítima de roubo da sua motocicleta …

Steven: [00:27:08] Dijo que una vez tuvo un caso muy interesante en el que alguien acudió a ella para denunciar que le habían robado su motocicleta.

Jueza Ivana: [00:27:15] E eu ouvi esse indivíduo no processo …

Steven: [00:27:17] Pocos días después, esa misma persona volvió a su oficina y le dijo que ya no quería que las autoridades investigaran.

Jueza Ivana: [00:27:24] Ele disse para mim, “Doutora eu não quero mais o processo!”

Steven: [00:27:28] “¿Qué pasó?”, preguntó Ivana. 

Jueza Ivana: [00:27:29] “Já recebi a minha moto de volta.”

Steven: [00:27:32] A lo que respondió que el líder local del PCC había recuperado su motocicleta.

Jueza Ivana: [00:27:37] E meu amigo, eu não quero nem saber o que aconteceu com quem furtou.

Steven: [00:27:41] “No quiero saber qué pasó con la persona que la robó”, dijo Ivana. Aun así, resolver los delitos es solo una parte del trabajo que hace el PCC para mantener a la población de su lado. El PCC también trabaja como policía preventiva. 

Jueza Ivana: [00:27:57] Qualquer moça, às 11 horas da noite, ninguém, ninguém mexe com elas.

Steven: [00:28:03] Ivana dice que en algunas zonas que controlan, las mujeres pueden pasear hasta altas horas de la noche sin ningún temor. Es parte del contrato social que han creado con la sociedad brasileña, e Ivana llama al PCC un estado paralelo.

Jueza Ivana: [00:28:19] Ele concorre com o Estado o tempo inteiro.

Steven: [00:28:21] Donde no está el Estado, dice, es donde están los delincuentes. Están donde la gente pasa hambre, no tiene hospitales, no tiene seguridad. Añadió que, en algunas zonas pobres, especialmente las de grandes ciudades como São Paulo, el PCC cuenta con el respeto y el apoyo de quienes viven allí.

Jueza Ivana: [00:28:42] Ele tem o respeito da comunidade, ele ajuda financeiramente a comunidade.
Steven: [00:28:46] “Es increíble” dijo. 

Jueza Ivana: [00:28:48] É incrível isso.

Steven: [00:28:55] Pero lo que puede ser más increíble es que después de 30 años como jueza —en los que ha visto tragedias como el asesinato de su amigo y colega, el juez Machado—, y después de 25 años de ver cómo el PCC pasaba de ser un pequeño grupo de secuestradores y atracadores de bancos de poca monta a convertirse en el mayor grupo criminal del hemisferio, sigue creyendo en la justicia. Aunque muchos en Brasil, así como en toda la región, abogan por estrategias de mano dura ante tales desafíos, ella afirma que estas estrategias no son la solución.

Jueza Ivana: [00:29:31] Matar preso e prender não vai acabar nunca com a violência.
Steven: [00:29:35] “Matarlos, encerrarlos a todos no va a acabar con la violencia”, dijo. 

Jueza Ivana: [00:29:43] Se fosse assim tava fácil, fecha os presídios e constrói cemitérios, né.

Steven: [00:29:44] “Si fuera tan fácil, entonces cerremos las cárceles y construyamos cementerios”, añadió. 

Jueza Ivana: [00:29:51] O desafio não é tão simples. O desafio é maior.

Steven: [00:29:53] “Nuestro desafío es mucho mayor”, dijo Ivana. “Tenemos que enseñar a la gente a ser diferente, que todos podemos ser diferentes. Creo que eso es lo que hace falta”.

Jueza Ivana: [00:30:04] É ensinar para um cidadão que ele pode ser diferente, que ele pode se sustentar, que ele tem a chance de ser melhor. Eu acho que é isso que falta.

Steven: [00:30:28] Este programa es una coproducción de InSight Crime y La No Ficción. Este episodio ha sido producido y escrito por mí, Steven Dudley, con un agradecimiento especial a la jueza Ivana David. Nuestros editores son Elisa Roldán y Tomás Uprimny. Comprobación de hechos: Christopher Newton. Nuestra diseñadora de sonido es Valentina Fonseca. Y nuestra diseñadora gráfica, Isabella Soto. 

InSight Crime es una organización sin ánimo de lucro con sede en Medellín, Colombia y Washington DC. Nuestros equipos se adentran en prisiones, cárceles, juzgados, comisarías, cuarteles militares e incluso en las dependencias privadas de los jueces para averiguar por qué y cómo el crimen organizado afecta a las vidas de millones de personas en todo el continente americano. Si crees que estas historias son importantes, considere la posibilidad de hacer una donación. Cada pequeña cantidad ayuda y se destinará directamente a informar sobre este tipo de historias. 

Volveremos en un par de semanas con una historia sobre un exguerrillero que murió en prisión tras intentar forjar una tregua entre las sanguinarias bandas de El Salvador. 

Hasta la próxima.

A profundidad

Algunas de las pandillas más conocidas de América Latina tuvieron su origen en las cárceles. Desde entonces, los centros penitenciarios de la región se han convertido en la base desde la que las organizaciones delictivas coordinan sus actividades criminales, pagan sobornos a policías, políticos, jueces y fiscales, y lanzan sofisticados ataques contra sus rivales y el Estado.

Este tipo de operaciones se han vuelto demasiado familiares en América, desde Estados Unidos hasta Colombia, Bolivia, Venezuela, Guatemala, Honduras y El Salvador. En InSight Crime hemos rastreado la dinámica criminal en todos estos lugares, y hemos descubierto que todos tienen algo en común: algunos de los líderes más importantes están en la cárcel y, a menudo, los grupos criminales más poderosos dirigen sus operaciones desde sus celdas.

En ningún lugar es esto más cierto que en Brasil, y quizá nadie lo sepa mejor que la juez Ivana David, que lleva casi 30 años trabajando en el sistema judicial brasileño. Para el quinto episodio de nuestro podcast, hablamos con ella sobre el ascenso del PCC, Primeiro Comando da Capital, que pasó de ser un puñado de secuestradores y atracadores de bancos a convertirse en la pandilla más poderosa del hemisferio sur.

Créditos del episodio

Este episodio es una coproducción de InSight Crime y La No Ficción.

Producido y escrito por Steven Dudley con el apoyo de Elisa Roldán

Edición: Elisa Roldán y Tomas Uprimny

Verificación de datos: Christopher Newton

Diseño de sonido: Valentina Fonseca

Ilustración de portada: Isabella Soto

Agradecimientos a Ivana David por compartirnos su historia.