La reciente designación del Tren de Aragua por Estados Unidos como una Organización Criminal Transnacional lo equipara con las principales amenazas de seguridad en América Latina y representa un nuevo desafío para su hasta ahora imparable plan de expansión regional.

La Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro (OFAC por su siglas en inglés), por medio de un comunicado de prensa emitido en la mañana del 11 de julio, inscribió al Tren de Aragua, una banda criminal de origen venezolano, en la lista de Organizaciones Criminales Transnacionales que amenazan la estabilidad de la seguridad en el hemisferio occidental.

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“La designación de hoy del Tren de Aragua como Organización Criminal Transnacional enfatiza la creciente amenaza que representa para las comunidades estadounidenses”, subrayó el Subsecretario de Terrorismo e Inteligencia Financiera, Brian Nelson.

Simultáneamente, el Departamento de Estado de los Estados Unidos, junto con la Policía Nacional de Colombia, anunció un paquete de recompensas por información que conduzca a la detención de los principales líderes y figuras clave de la organización venezolana. Por Héctor Guerrero Flores, alias «Niño Guerrero«, se ofrece una recompensa de hasta US$ 5 millones; por Yohan José Romero, conocido como «Johan Petrica«, hasta US$ 4 millones; y por Giovanny San Vicente, alias «Giovanny» o «El Viejo», hasta US$ 3 millones.

La decisión de las autoridades norteamericanas contra el Tren de Aragua y su cúpula dirigencial ocurre meses después de que senadores republicanos enviaron en marzo de este año una solicitud al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, donde pidió formalmente la designación como Organización Criminal Transnacional, a pesar de que el grupo parece tener una presencia mínima y limitada en el país norteamericano.

“Si no se controla, el [Tren de Aragua] desatará un reinado de terror sin precedentes, que refleja la devastación que ya ha infligido en comunidades de Centro y Sudamérica, sobre todo en Colombia, Chile, Ecuador y Perú.”, enfatizó en la solicitud que fue firmada por varios políticos.

El Tren de Aragua nació como una banda carcelaria en los muros de la prisión de Tocorón, en el estado de Aragua, en el centro de Venezuela. Desde allí, construyó un centro de operaciones que le permitió iniciar un proceso de expansión, primero a nivel nacional y luego hacia otros territorios de América Latina.

Su proceso de crecimiento regional coincidió con las rutas del éxodo masivo que han llevado a aproximadamente 8 millones de venezolanos a buscar refugio en diferentes naciones del continente, incluyendo Estados Unidos. Los primeros informes oficiales sobre la presencia del grupo a nivel internacional surgieron en Colombia en 2018, país que comparte fronteras con Venezuela y es la primera parada de la mayoría de migrantes.

Análisis de InSight Crime

Aunque la nueva categorización transnacional del Tren de Aragua lo posiciona entre las principales amenazas de seguridad en la región, este nuevo estatus también representa un desafío estratégico para sus líderes, quienes deberán adaptar sus planes de expansión a un nivel de escrutinio sin precedentes para el grupo.

La expansión internacional de las diferentes facciones del Tren de Aragua en América Latina durante los últimos seis años se ha convertido en una de las evoluciones criminales más destacadas de los tiempos recientes. De los muros de Tocorón, pasó a tener presencia y actividades ilícitas en países como Colombia, Ecuador, Chile, Perú y Bolivia, donde sus facciones han logrado incursionar y dominar importantes economías criminales, tales como el tráfico de migrantes, la trata de personas, las extorsiones y el tráfico de drogas a pequeña escala.

En sus primeros pasos de exploración en la región, el Tren de Aragua adoptó un perfil bajo y se aprovechó de las comunidades migrantes para pasar desapercibido. Asimismo, el desconocimiento de las autoridades locales sobre su operatividad fue un factor determinante que facilitó su entrada sin mayores obstáculos por las fronteras.

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Un ejemplo del bajo perfil de sus líderes es Larry Álvarez Núñez, alias «Larry Changa», considerado cofundador y líder del Tren de Aragua. En 2018, logró ingresar a Chile a través del aeropuerto con documentación legal y sin ser objeto de ninguna pesquisa por parte de las autoridades locales.

“Cuando llega el Tren de Aragua a Chile tenía un muy bajo perfil. … Larry Changa llegó acá y puso un par de negocios, compró un par de vehículos, arrendó un par de departamentos sin levantar mayores sospechas”, señaló Ignacio Castillo, director de la Unidad Especializada en Crimen Organizado del Ministerio Público de Chile, en conversación con InSight Crime.

Tras ser identificado en 2022 por las fuerzas de seguridad chilenas como uno de los principales líderes del Tren de Aragua, Larry Changa huyó hacía Colombia donde fue capturado por las autoridades locales a comienzos de julio del 2024.

Con la nueva designación del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, el Tren de Aragua entra a engrosar la lista de las organizaciones criminales con mayor renombre en América Latina y el mundo. El bajo perfil que mantuvo antaño ya no jugará a su favor en su entrada a nuevos países. 

Uno de los grupos que también pasó por este proceso fue la Mara Salvatrucha (MS13), la cual fue designada en octubre de 2012 por el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos como la primera pandilla callejera transnacional, debido principalmente a la violencia en Guatemala, El Salvador y Honduras, y su participación en múltiples economías criminales de alcance transnacional.

Esta designación ocasionó que los principales líderes de la MS13 quedaran más expuestos, lo que llevó a varios de ellos a tener solicitudes de extradición y a enfrentar juicios en tribunales estadounidenses, un escenario totalmente novedoso para las principales figuras del Tren de Aragua.

Imagen principal: Carteles de los líderes del Tren de Aragua son expuestos durante una conferencia de prensa. Crédito: Policía de Colombia