El grupo guerrillero disidente conocido como la Segunda Marquetalia ha iniciado negociaciones de paz con el gobierno de Colombia, y parece estar a punto de llegar a un acuerdo a causa de su debilitada condición.

El 24 de junio, representantes de la Segunda Marquetalia y del gobierno colombiano se reunieron en Caracas, Venezuela para iniciar conversaciones de paz en el marco de la política de Paz Total del presidente de Colombia, Gustavo Petro. La iniciativa pretende persuadir a las principales organizaciones armadas del país para que depongan las armas en una serie de negociaciones paralelas.

La Segunda Marquetalia, creada por antiguos comandantes de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), es la tercera organización criminal importante que acepta dialogar, después del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y otra facción de las antiguas FARC denominada Estado Mayor Central (EMC). 

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Tanto el grupo armado como el gobierno tienen grandes incentivos para forjar rápidamente un acuerdo de paz. La Segunda Marquetalia se encuentra en una situación desesperada, tras haber perdido territorio y varios líderes en los últimos años. Por su parte, el gobierno de Petro está ansioso por mostrar avances en su iniciativa de Paz Total, al llegar a la mitad de su mandato de cuatro años, al mismo tiempo que los grupos criminales se fortalecen y la violencia aumenta en algunas partes del país.

Ante el inicio de las negociaciones, InSight Crime analiza tres razones por las que podrían tener éxito.

Última oportunidad para los líderes de la Segunda Marquetalia

Después de que Petro asumiera la presidencia en 2022, reconoció a la Segunda Marquetalia como organización política, abriendo la puerta a las conversaciones de paz con el grupo. Pero es posible que el sucesor de Petro no acepte esta designación, lo que añade un sentido de urgencia a las negociaciones.

La posición política de la Segunda Marquetalia no estaba clara al comienzo del mandato de Petro. El grupo fue fundado en 2019 por excomandantes de las FARC que habían optado por abandonar el histórico acuerdo de paz de 2016 firmado durante la administración del expresidente colombiano Juan Manuel Santos. Al abandonar el acuerdo, los líderes perdieron los privilegios que venían con él, incluyendo curules en el Congreso, y reconocimiento político. 

La decisión de Petro de reconocer al grupo como actor político fue condenada, incluso por quienes negociaron el acuerdo de paz de 2016.

Humberto de la Calle, un senador que fue jefe de la delegación del Gobierno en los acuerdos de paz con las FARC, señaló que los miembros de la Segunda Marquetalia ya habían abandonado las conversaciones de paz una vez.

“No estoy de acuerdo con reabrir negociaciones con Iván Márquez, ellos tuvieron su oportunidad … ¿Quién nos garantiza que esta vez [el grupo] no vuelva a incumplir?”, dijo en un video publicado en su cuenta de X. 

Por lo tanto, un tratado de paz con Petro puede representar la última oportunidad de la Segunda Marquetalia para recibir los beneficios del desarme voluntario, incluidas penas de prisión menos severas. 

“Márquez y los que dejaron las armas antes probablemente no van a tener un gobierno que los trate mejor. O sea, si quieren sacar el mejor trato posible, el momento es ahora”, Kyle Johnson, cofundador de la Fundación Conflict Responses, una ONG colombiana que investiga el conflicto armado y el crimen organizado, declaró a InSight Crime. 

La salida de una guerra imposible de ganar

Es posible que la Segunda Marquetalia se incline por firmar un acuerdo debido a su debilitamiento militar.

En 2021, la Segunda Marquetalia libró una guerra por las rutas de la droga contra el Frente 10 de las ex-FARC mafia y el ELN en la frontera colombo-venezolana. El conflicto fue agotador para la Segunda Marquetalia, y aún no se ha recuperado del todo.

Durante ese periodo, las fuerzas de seguridad colombianas y grupos rivales mataron a la mayoría de los principales líderes de la organización, incluyendo a Seuxis Pausías Hernández, alias “Jesús Santrich”, Henry Castellanos Garzón, alias “Romaña”, y Hernán Darío Velásquez, alias “El Paisa”. La Segunda Marquetalia está ahora liderada por Luciano Marín Arango, alias “Iván Márquez”, quien recientemente regresó a la escena pública casi un año después de que se le diera por muerto, aunque parece estar delicado de salud. Esta pérdida de liderazgo dejó inoperativa a gran parte de la organización.

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Hoy en día, el poder territorial de la Segunda Marquetalia se limita a unos pocos bastiones a lo largo de la frontera colombo-venezolana y en departamentos del suroeste de Colombia como Nariño, Cauca y Putumayo. 

Pero ni siquiera en estas regiones tiene capacidad militar para actuar por sí sola. La Segunda Marquetalia se ha visto obligada a formar alianzas con organizaciones locales más fuertes, como el ELN y los Comandos de la Frontera.

Este no es un futuro prometedor para el grupo, y la Paz Total puede ser su última opción para evitar una derrota militar total. 

Los moderados ganan influencia

La muerte de la mayoría de los fundadores de la Segunda Marquetalia eleva las voces de los comandantes de nivel medio, que están más abiertos a negociar. 

Santrich, Romaña y El Paisa, las voces más radicales de la cúpula del grupo, tenían pocos incentivos para entablar conversaciones de paz, tras haber perdido cualquier privilegio proveniente del acuerdo de paz de 2016 cuando lo abandonaron.

También eran blanco de las autoridades tanto en Colombia como en el exterior. Por ejemplo, antes de su muerte, Santrich fue acusado de delitos de narcotráfico por Estados Unidos. 

Pero Márquez, el único fundador del grupo que se encuentra con vida, se ha mostrado dispuesto a negociar en el pasado. Formó parte de un esfuerzo por desmovilizar a las FARC en la década de 1980, cuando parte de la organización, incluido Márquez, se dividió y formó parte de un partido político. El esfuerzo terminó en tragedia, ya que los grupos militares y paramilitares masacraron a miles de miembros del partido, y las FARC regresaron al campo de batalla.

Ahora, con una salud delicada, Márquez puede estar más dispuesto que nunca a llegar a un acuerdo. Además, otros mandos de la Segunda Marquetalia han manifestado su disposición a participar en las negociaciones. 

Por ejemplo, Giovanny Andrés Rojas, alias “Araña”, líder de Comandos de la Frontera, uno de los aliados más fuertes de la Segunda Marquetalia, dijo que su grupo estaría dispuesto a deponer las armas a cambio de “amnistía, perdón y olvido”. Su postura fue apoyada por varios otros comandantes. 

Imagen destacada: Conversaciones de paz entre la Segunda Marquetalia y el gobierno colombiano en Caracas, Venezuela. Crédito: Associated Press.