Los extorsionistas tienen como objetivo los colegios privados exclusivos en la tercera ciudad más grande de Perú, lo que evidencia cómo las instituciones educativas representan una fuente de ingresos para los grupos de crimen organizado.

Veinte colegios privados de la ciudad de Trujillo, al norte de Perú, están bajo la protección del ejército desde el 11 de junio, debido a los violentos ataques que se sumaron a los 150 casos de extorsión denunciados en la ciudad en lo que va de año. 

El 8 de junio, la policía detuvo a cuatro presuntos miembros de una banda por extorsionar al Colegio Europeo Montalcini. Entre los detenidos hay un joven de 16 años, acusado de lanzar dinamita al colegio durante el horario escolar a finales de mayo, informó el diario local Perú21. Otro de los detenidos tiene solo 11 años. Ambos son presuntos miembros de la banda criminal local los Pulpitos, una rama de un grupo más grande, los Pulpos.

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Los Pulpos son un grupo criminal de Trujillo conocido por extorsionar, secuestrar y robar en todo Perú. Sus tentáculos se extienden a algunas zonas de Chile, donde extorsionan sobre todo a migrantes peruanos. Los Pulpos utilizan la extorsión como medio de control territorial y llevan a cabo otros negocios, como la venta de tierras y los asesinatos por encargo.

A pesar del estado de emergencia instaurado en la provincia de Trujillo y en la vecina Pataz en febrero de 2024, la extorsión se ha seguido presentando. La policía nacional de Perú ha recibido más de 900 denuncias de este delito en el departamento de La Libertad, donde se encuentran Trujillo y Pataz, entre enero y julio de este año.

Análisis de InSight Crime

Las escuelas privadas reciben un flujo constante de ingresos a través de pagos de matrícula, lo que las convierte en objetivos atractivos para los extorsionistas en América Latina.

En Venezuela, los grupos han amenazado a los estudiantes y a sus familias para que paguen sumas de dinero mensuales, y en Ecuador han atacado escuelas con granadas.

En Trujillo, la extorsión está muy arraigada, y la prolongada amenaza de violencia en la ciudad hace que pocas personas o empresas puedan resistir a los grupos criminales, explicó a InSight Crime el analista y consultor de seguridad peruano, Pedro Yaranga Quispe.

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“En la ciudad de Trujillo, todos los empresarios pagan cupos”, dijo Quispe. “Hasta los taxistas piratas pagan cupos”. 

Aunque muchos habitantes de Trujillo viven en la pobreza, no ocurre lo mismo con quienes pagan una cuota mensual para que sus hijos asistan a colegios privados. Suelen ser clientes de alto perfil, como políticos y empresarios. Pero su posición social no les exime de ser víctimas de la extorsión. De hecho, los ingresos y el estatus social de los colegios privados los convierten en un blanco fácil y lucrativo para los extorsionistas. 

“Los criminales saben que los empresarios que manejan algunas escuelas particulares manejan un capital considerable, por lo tanto deben pagar, al igual que otros empresarios”, señaló Quispe.

Las fuerzas armadas no tienen las capacidades necesarias para erradicar la extorsión, explicó Quispe. De hecho, ha habido casos de soldados corruptos que han participado en casos de extorsión en Trujillo. 

Imagen destacada: Fuerzas armadas protegen escuelas privadas de extorsionistas en la ciudad de Trujillo, en el norte de Perú.