Las autoridades navales mexicanas alertaron sobre un incremento en el uso de sustancias químicas menos reguladas para la producción de metanfetamina en el país, reafirmando la tendencia de innovación de los productores.
Funcionarios de la Secretaría de Marina de México (SEMAR) en el puerto de Manzanillo, en la costa pacífica del estado de Colima, declararon a La Jornada el pasado 6 de julio que los grupos criminales mexicanos producen sus propios precursores químicos para elaborar metanfetamina, en lugar de importarlos desde el extranjero.
Los precursores químicos son el ingrediente principal en el proceso de producción de drogas sintéticas y, en el caso de la metanfetamina mexicana, los más comunes son la 1-fenil-2-propanona (P2P) y la metilamina.
Para fabricar ambos precursores, los productores se valen de “preprecursores” y otros químicos esenciales —como solventes, catalizadores y aglutinantes—, entre los cuales se encuentran diversas sustancias de uso dual. Estos químicos, además de utilizarse para fines ilícitos, son ampliamente comercializados de manera legal para abastecer a una variedad de industrias, incluyendo la farmacéutica, petroquímica, cosmética, alimentaria y de productos de limpieza.
Según las fuentes de la SEMAR que hablaron con La Jornada, han detectado un incremento en las importaciones de sustancias químicas de uso dual desde aproximadamente 2022. Al mismo tiempo, las importaciones de precursores químicos han disminuido.
“Hay registros que nos dan la certeza de que esas sustancias son utilizadas en la fabricación de precursores químicos para drogas ilícitas”, dijo un funcionario naval a La Jornada.
Las declaraciones se dieron solo unos días después del decomiso de 88 toneladas de ácido acético en Manzanillo. Esta sustancia se utiliza principalmente para producir vinagre, pero también puede ser un preprecursor en la elaboración de metanfetamina.
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Por esta razón, la comercialización de ácido acético está vigilada en México, lo que significa que las empresas deben justificar su uso previsto ante las autoridades y transparentar su cadena de suministro. Según la SEMAR, el decomiso en Manzanillo se dio luego de que la importadora no lograra justificar la procedencia de la sustancia.
Análisis de InSight Crime
Las recientes afirmaciones de la SEMAR coinciden con las investigaciones de InSight Crime sobre la cadena de suministro de precursores químicos en México, que han encontrado que el proceso de producción de metanfetamina en México se ha sofisticado.
Inicialmente, los productores mexicanos utilizaban la efedrina como principal precursor para la metanfetamina, pero tras la imposición de controles más estrictos por parte del gobierno mexicano sobre esta sustancia en 2008, migraron al método de P2P y metilamina. Este método es complicado, según varios especialistas consultados por InSight Crime, pero permite una mayor diversidad de rutas de síntesis químicas, lo que facilita a los productores sustituir las sustancias a las que no tienen acceso.
Hoy en día, la P2P y la metilamina están estrictamente controladas. Los productores mexicanos han dejado de importar estos químicos desde China —uno de los principales países proveedores de las sustancias— y han aprendido a sintetizarlas en los mismos laboratorios clandestinos en los que producen metanfetamina a partir de preprecursores comercializados de manera legal en México.
Esta dinámica no se ha evidenciado en la producción de fentanilo, debido principalmente a que los preprecursores de este opioide tienen pocos usos legales. Sin embargo, es algo que podría llegar a suceder si los productores comienzan a acceder a sustancias menos reguladas a partir de las cuales puedan sintetizar preprecursores y posteriormente precursores.
Alrededor de este mercado negro de sustancias de uso dual, se han formado redes de intermediarios que se dedican a acopiar diversos productos y distribuirlos entre productores en ciudades cercanas a la producción de drogas sintéticas, como Culiacán, Uruapan y Guadalajara.
Por ejemplo, un productor de metanfetamina que habló con InSight Crime en Culiacán, Sinaloa, en septiembre de 2023, afirmó que podía comprar un kit con todas las sustancias necesarias para producir 280 libras de metanfetamina (aproximadamente 127 kilogramos) por 400,000 pesos mexicanos (unos US$22,000) sin salir de la ciudad.
En Michoacán, los productores que entrevistamos entre 2022 y 2023 aseguraron conseguir la mayoría de los insumos necesarios para sus laboratorios en empresas pequeñas o medianas legalmente establecidas en el país.
“Normalmente, no me preguntan para qué las voy a usar. No he tenido problema”, dijo un productor en la zona de Tierra Caliente en Michoacán.
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La constante experimentación e innovación de la receta ha llevado a que la metanfetamina mexicana sea una de las de mayor calidad en el mundo. Según datos de la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (Drug Enforcement Administration, DEA), la pureza de los cargamentos decomisados suele ser mayor al 90%. Y según varias entrevistas de InSight Crime con expertos en dinámicas de narcotráfico, los grupos mexicanos han logrado exportar este modelo a países europeos.
“Es difícil producir metanfetamina [con el método de P2P] y los mexicanos han sido exitosos. Por eso tienen una ventaja comparativa”, dijo a InSight Crime Thomas Pietschmann, oficial de investigación de la Oficina de Naciones Unidas para la Droga y el Delito (ONUDD).
Sin embargo, esta sofisticación presenta retos para las autoridades mexicanas, ya que la superposición con la industria legal dificulta el control sobre las empresas sin afectar el comercio legal. De hecho, InSight Crime encontró que México tiene un sistema regulatorio robusto en papel, pero pocas veces lleva al desmantelamiento de redes de suministro de precursores químicos.
A esto se le añade que las cantidades de preprecursores necesarios para producir grandes cantidades de drogas son mínimas en comparación a lo que se comercializa de manera legal, por lo que los desvíos pueden pasar desapercibidos.
Por ejemplo, las 88 toneladas de ácido acético decomisadas en Manzanillo podrían haber contribuido a producir 19 toneladas de metanfetamina, según afirmaciones de la SEMAR a medios. Sin embargo, esta cantidad representa alrededor del 0,08% del total de ácido acético que se importa en promedio en México cada año, según datos de la Secretaría de Economía.
*Sara García, Parker Asmann, y Beatriz Vicent contribuyeron a este artículo.
Imagen destacada: Contenedores en el puerto de Manzanillo, Colima, Mexico. Crédito: Victoria Dittmar/InSight Crime