El gobierno ecuatoriano ha presentado los resultados de su campaña nacional contra las pandillas como una victoria, pero la continua violencia en la ciudad de Durán demuestra el impacto desigual de la política.

En las últimas semanas, se han producido masacres, conflictos entre pandillas y ataques contra funcionarios públicos en Durán, una ciudad situada justo al otro lado del río Guayas, frente a Guayaquil, la mayor ciudad y centro portuario de Ecuador, y una de las más afectadas por la violencia relacionada con el narcotráfico.

En el último hecho, una bomba explotó el 9 de junio ante las oficinas de una imprenta gráfica propiedad de la familia del alcalde de Durán, Luis Chonillo. La policía encontró en el lugar panfletos en los que se amenazaba a Chonillo, según informaron medios de comunicación locales.

VEA TAMBIÉN: Ecuatorianos respaldan agenda de seguridad del presidente, pero aún hay retos 

La bomba estalló dos semanas después de que delincuentes perpetraran múltiples atentados contra el gobierno municipal de Durán el 27 de mayo. Colocaron dos carros bomba frente a edificios oficiales, uno de los cuales estalló. Hombres armados también dispararon contra las oficinas de la autoridad de tránsito de Durán. El gobierno anunció que nadie resultó herido en los atentados, y que los motivos precisos siguen sin estar claros.

«Es urgente reforzar la intervención del Estado en las zonas más calientes del cantón”,  dijo Chonillo en un post en X inmediatamente después de los atentados. “Si Durán está sitiada por fuerzas beligerantes, es necesario una respuesta enérgica de las Fuerzas del Orden».

Unas semanas antes, el 13 de mayo, sicarios asesinaron al presidente de una cooperativa de autobuses. Al día siguiente, pistoleros atacaron una fiesta de cumpleaños, dejando seis muertos y seis heridos. En respuesta, las fuerzas armadas de Ecuador llevaron a cabo redadas en 20 zonas diferentes de Durán el 17 de mayo.

Desde enero, el Presidente Daniel Noboa ha adoptado una postura de mano dura contra las violentas pandillas callejeras y los grupos de narcotraficantes de Ecuador, y ha situado al ejército del país sudamericano en primera línea de la guerra contra el crimen organizado. 

Esta medida, ampliamente popular, ha supuesto un descenso del 16% en los homicidios ocurridos este año en Ecuador en comparación con el mismo periodo de 2023, según anunciaron funcionarios del Ministerio del Interior en una rueda de prensa celebrada el 3 de junio.

«En cinco meses logramos devolverles la paz a los ecuatorianos, algo que nunca se había logrado antes», dijo Noboa el 22 de mayo en un video publicado en sus cuentas de redes sociales.

Pero la violencia en Durán ha persistido a pesar de la ofensiva militarizada del gobierno contra las pandillas del país. 

Los homicidios en 2023 alcanzaron niveles récord en Durán, con 388 en la segunda mitad del año. Esas cifras parecen haber disminuido ligeramente en 2024, con 209 homicidios entre el 1 de enero y el 31 de mayo, según estadísticas policiales obtenidas por InSight Crime. Pero incluso bajo el estado de emergencia, que autorizó a los militares a ingresar a Durán en persecución de criminales, el municipio sigue registrando índices de violencia que no tenían precedentes antes de 2023.

Los expertos en seguridad han atribuido gran parte de la violencia en Durán a las continuas disputas entre los Chone Killers y los Latin Kings, grupos criminales que se disputan territorio del narcotráfico y la extorsión en las calles de la ciudad. La ubicación de Durán también la convierte en una zona estratégica de paso de la cocaína que se dirige a los puertos de Guayaquil para su exportación a los mercados de consumo de Norteamérica y Europa.

Análisis de InSight Crime

Una convergencia de factores, entre ellos la fragmentación de las pandillas y la corrupción, han frenado la eficacia de la política de seguridad de mano dura de Noboa en Durán. 

El estado de excepción ha obligado a muchos de los líderes criminales de Durán a abandonar el país y ha cortado la comunicación con los líderes dentro del sistema penitenciario ecuatoriano.

Esto ha dado más poder a los mandos medios de la criminalidad de la ciudad, que ahora ven la oportunidad de acceder a puestos de liderazgo más altos, según declaró a InSight Crime un funcionario del gobierno que prefirió permanecer en el anonimato por motivos de seguridad.

 “Es el fenómeno de la hidra, se va una cabeza, salen tres” dijo el funcionario.

VEA TAMBIÉN: Torturas y abusos a presos proliferan en la guerra contra las pandillas en Ecuador

El 30 de mayo, las autoridades panameñas capturaron a Julio Alberto Martínez Alcívar, alias “Negro Tulio”, uno de los principales líderes de los Chone Killers de Durán. Esto podría generar más violencia, ya que otros líderes pueden apresurarse a ocupar el lugar de Negro Tulio.

El poder de los grupos criminales de Durán se extiende más allá de las calles y llega hasta el gobierno municipal, una influencia que utilizan para protegerse de las operaciones militares. A través de actores corruptos en la autoridad de tránsito y la policía de la ciudad, los pandilleros pueden monitorear el movimiento de las fuerzas de seguridad en Durán y tomar precauciones para evitar ser capturados, dijeron a InSight Crime funcionarios y exfuncionarios del gobierno.

Pero, en la raíz de los problemas de seguridad de Durán se encuentra la falta de prestación de servicios públicos de la ciudad. Muchos residentes que carecen de acueducto tienen que pagar sumas exorbitantes –hasta 100 dólares al mes según algunos líderes comunitarios de Durán– sólo para que los camiones cisterna lleven agua a sus residencias. La ciudad carece de universidad pública, y una gran escuela de oficios permanece abandonada desde la pandemia. 

Esto ha dejado a muchas familias con dificultades para salir adelante y a los jóvenes sin oportunidades, y ambos han sido explotados por las pandillas callejeras.

“Los niños que no están bien alimentados y que no reciben la atención que necesitan están destinados a caer en las manos equivocadas”, dijo a InSight Crime el padre Simón Mahish, líder religioso y educador que trabaja en Durán.

Otras partes de Ecuador, como Durán, han visto picos de violencia en 2024 en medio de la represión militar de Noboa.

En Manabí, la violencia ha aumentado significativamente, ya que las operaciones de seguridad contra los Choneros parecen haber producido violentos grupos disidentes. En Los Ríos, la provincia con la mayor tasa de homicidios per cápita en 2023, los residentes siguen sufriendo como resultado de la batalla en curso entre los Lobos y los Choneros por las valiosas rutas de tráfico de cocaína.

Imagen principal: Vista aérea de Durán desde el otro lado del río Guayas, en Guayaquil. Crédito: Anastasia Austin, InSight Crime.