La dinámica criminal de México ha afectado negativamente la inversión extranjera y el empleo en el país durante más de 20 años, y un reciente informe indica cómo la experiencia de México en este sentido podría dar luces a otros países para manejar este problema.
El informe, titulado “Crimen organizado e inversión extranjera directa: evidencia de grupos criminales en México”, publicado en el Journal of Conflict Resolution este mes, examina las tendencias de la inversión extranjera directa (IED) en México entre 2000 y 2018 para evaluar el impacto del crimen organizado.
Brian J. Phillips, coautor del informe, le dijo a InSight Crime que él y su coautora Ana Carolina Garriga se interesaron hace varios años en la aparente contradicción entre el poder y la violencia que ejercen los grupos criminales mexicanos y la voluntad de las empresas extranjeras de invertir en el país.
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“Vimos, por un lado, esta enorme cantidad de violencia, crimen organizado y presencia de seguridad en todas partes. Pero, por otro lado, vimos que la inversión extranjera aumentaba en México cada año. Y es por eso que comenzamos a investigar el tema”, dijo Phillips.
A continuación, InSight Crime analiza las tres principales conclusiones del informe y cómo esos hallazgos pueden servir de base para estudios similares en otros países.
1. Los monopolios criminales son positivos para los negocios
Una de las principales conclusiones del informe es la correlación positiva entre las inversiones extranjeras y la hegemonía criminal. Contrario a lo que se cree, las organizaciones criminales poderosas y dominantes no necesariamente ahuyentan a las empresas.
Cuando un solo grupo criminal controla un área específica sin la presencia de rivales, los niveles de violencia tienden a ser más bajos, lo que puede tener un impacto positivo en las oportunidades de inversión.
“En algunas situaciones en las que hay un grupo criminal dominante, la IED no se ve afectada e incluso puede fomentarse debido a la estabilidad que un grupo dominante puede proporcionar”, afirma Phillips.
El caso del estado de Campeche, en el sur de México, analizado en el período 2000-2018, se menciona en el informe como un ejemplo a resaltar. Cuando los Zetas eran los principales criminales en el estado a mediados de la década de 2010, Campeche recibía un promedio de 117 millones de dólares en nuevos flujos de capital extranjero anualmente. Cuando ya varios grupos se enfrentaban en el estado, el monto anual de las inversiones extranjeras en Campeche se redujo a solo 44 millones de dólares.
Los actores criminales dominantes rara vez atacan a las empresas extranjeras, afirma Phillips. Pero cuando la criminalidad se fragmenta, los grupos más pequeños suelen recurrir al secuestro, así como a la extorsión y el robo a empresas, lo que puede ahuyentar a los inversores extranjeros.
2. La estrategia de capos perjudica a la IED
Uno de los pilares importantes de la “guerra contra las drogas” en México ha sido perseguir a los capos. Pero el informe señala que los mayores niveles de captura o asesinato de los principales líderes criminales se asocia con niveles más bajos de inversión extranjera directa al año siguiente.
Esta explicación también se relaciona con las rivalidades: el vacío de poder creado dentro de un grupo despojado de sus líderes puede provocar conflictos internos y alentar a los grupos rivales a tratar de atacar a sus enemigos mientras se encuentran débiles.
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“Creo que ahora hay suficiente evidencia […] de que arrestar o matar a los líderes de los grupos criminales conduce a más violencia debido a la fragmentación y a las luchas internas resultantes”, le dijo Phillips a InSight Crime.
Sin embargo, según el informe, los altos niveles de violencia por sí solos no ahuyentan a las empresas extranjeras. Por el contrario, el efecto disuasorio se deriva de otras consecuencias de la fragmentación, en particular el ataque directo a las empresas, ya que los grupos más pequeños buscan nuevas fuentes de ingresos.
Además, la estrategia de capos puede ser contraproducente y hacer que las organizaciones criminales respondan con ataques públicos tras el arresto de sus líderes.
También ha habido ejemplos más recientes de esto fuera del marco temporal del estudio. En el estado norteño de Tamaulipas, tras la detención a finales de 2022 de Heriberto Rodríguez Hernández, uno de los principales líderes del Cartel del Noreste (CDN), en la ciudad fronteriza de Nuevo Laredo se produjeron fuertes enfrentamientos entre los criminales y el ejército. El impacto económico fue inmediato. En los primeros seis meses de 2023, las nuevas inversiones de países extranjeros alcanzaron solo 17,5 millones de dólares, frente a 132,9 millones de dólares en los últimos tres meses de 2022.
3. Poca denuncia de los ataques a empresas extranjeras
A primera vista, los crímenes predatorios dirigidos específicamente a empresas extranjeras pueden parecer relativamente raros en México. Sin embargo, según los autores del informe, es probable que estos ataques no se denuncien.
Para las empresas, puede resultar más eficiente pagarles a los extorsionistas que denunciarlos ante las autoridades. Y para el gobierno mexicano, que busca incentivar a las empresas extranjeras a invertir en el país, entre menos incidentes se reporten, mejor.
“En México, creo que a muchos sectores les interesa mantener las cosas en secreto. Sabemos que hay muchos expertos y especialistas en secuestro que se encargan de liberar a las personas que han sido secuestradas, pagar el rescate, y hacerlo todo en silencio”, dijo Phillips.
Asimismo, los fuertes ataques de los grupos criminales pueden tener graves consecuencias para la inversión extranjera directa.
En 2015, un ejecutivo de PepsiCo fue secuestrado en el estado sureño de Guerrero, y Coca-Cola culpó a grupos criminales de extorsionar a la compañía y de retener sus camiones. En los años siguientes, tanto PepsiCo como Coca-Cola redujeron sus operaciones en Guerrero, y despidieron a cientos de trabajadores alegando la falta de condiciones de seguridad.
Más allá de México
Los autores del estudio sugieren que este tipo de análisis podría replicarse en países fuera de América Latina como Italia, donde los datos sobre delitos como la extorsión son más confiables, con el fin de comprender si las mismas tendencias se presentan en otros lugares.
Los hallazgos del informe pueden servir de lección para otros países donde hay presencia de múltiples grupos criminales organizados, como Colombia y El Salvador, donde las intervenciones estatales y el panorama empresarial tienen algunos puntos en común con el caso mexicano.
Por un lado, a los gobiernos les puede interesar comprender las consecuencias económicas del crimen organizado, en particular qué tipo de delitos asociados con los grupos criminales son los más perjudiciales para la inversión extranjera directa.
Por otro lado, como sugiere el informe, la “estrategia de capos” podría reconsiderarse, o los gobiernos que utilicen esta estrategia deberían prepararse para las posibles consecuencias económicas.
“Si esta fuera la bala de plata que algunos gobiernos creen que es, entonces muchos estarían teniendo éxito y habría menos crimen organizado en países como Colombia y El Salvador. Pero no ha funcionado como los gobiernos quizá lo han esperado”, le dijo Phillips a InSight Crime.